Activistas y vecinos acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ante la tardía acción de la JMAS
Chihuahua. Agua potable de color café casi roja, es lo que varios vecinos de la colonia San Rafael ven salir de sus grifos, por lo que es imposible sea utilizada para beber, cocinar, limpieza personal o incluso limpieza del hogar.
Los vecinos han presentado la queja en la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, sin embargo esta no ha atendido el problema, por lo que junto con activistas acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para denunciar este problemática que violenta sus derechos humanos, en un servicio básico.
Acusan como responsable directa a esta dependencia descentralizada del gobierno estatal, por haber colocado una tubería de metal que se ha oxidado, por lo que ha contaminado el agua potable a ese grado.
Esta obra se encuentra en la calle Once y Ochoa.
Además, acusan que la obra de esta tubería es una “porquería”, debido a que se destruyó la calle y escaleras de la calle, fue realizada de tal forma que la tubería quedó por encima de la calle, y porque es una pronunciada subida, representa un riesgo para los vecinos que diariamente transitan por ella.
Aunque la JMAS atendió esta queja de la obra, la atención que han tenido ha sido escasa y en algunos casos contraproducente. La denuncia ciudadana fue realizada a través de redes sociales.
